Caamaño y Jáuregui se disputan las relaciones con la Iglesia

viernes, 5 de noviembre de 2010

Caamaño y Jáuregui se disputan las relaciones con la Iglesia


El ministro de Justicia, afín a la masonería, y el titular de Presidencia sostienen valores distintos en temas religiosos. Choque en vísperas de la visita del Papa.

Una gran tormenta política de hondo calado se avecina en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en vísperas de la visita del Papa a Santiago de Compostela y a Barcelona, respectivamente. Dos ministros de su gabinete mantienen principios y valores muy distintos y enfrentados en el tema religioso. Se trata del ministro de Justicia, Francisco Caamaño, afín a la masonería, y el nuevo titular de la Presidencia, Ramón Jáuregui, fundador del movimiento Cristianos por el Socialismo, según afirman a LA GACETA fuentes políticas solventes.

En dicho movimiento también está el ministro de Fomento, José Blanco, que se ha definido en más de una ocasión como un hombre católico y creyente. La polémica arranca de la elaboración del anteproyecto de Ley Orgánica de Libertad Religiosa, cuya ideóloga era la ex vicepresidenta primera María Teresa Fernández de la Vega y su ejecutor el ministro Caamaño.

En dicho anteproyecto se daba un gran repaso a la Iglesia católica, ya que se pretendía eliminar los crucifijos en los centros de enseñanza públicos y concertados. Esta desaparición de los símbolos cristianos se haría extensiva a otros ámbitos de trabajo en centros públicos, particularmente en las Fuerzas Armadas. En consecuencia, “el Gobierno estaba muy interesado en instaurar el principio del laicismo en nuestro ordenamiento jurídico”, apuntan fuentes jurídicas.
Es cierto que este anteproyecto de ley lleva paralizado en el Gobierno varios meses. Es más, fuentes del Ministerio de Justicia han señalado a este periódico que “en julio de este año Francisco Caamaño cesó fulminantemente al director general de Asuntos Religiosos, el catedrático de Derecho Eclesiástico, José María Contreras, por no estar de acuerdo con la línea que marcaba el anteproyecto de Ley de Libertad Religiosa”.

Así las cosas, el titular de Justicia justificó dicha medida como un recorte presupuestario del ministerio, ya que la subdirección de asuntos religiosos era subsumida por la de Cooperación Jurídica Internacional. En este contexto, hace poco el diputado de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, preguntó a Caamaño en el Congreso de los Diputados que a qué se debía el parón en la tramitación del anteproyecto de Ley Orgánica de Libertad Religiosa.

El titular de Justicia contestó al diputado con evasivas, según fuentes políticas. El ministro explicó que el Gobierno seguía trabajando para mejorar el texto de la ley y que cuando esté terminada se seguirá el procedimiento que corresponda. Fuentes cercanas al titular de la cartera de Presidencia han manifestado a este diario: “Jáuregui es una persona de convicciones religiosas que mantiene unas relaciones muy fluidas con las distintas comunidades eclesiásticas de España”. Estas mismas fuentes sostienen que en este campo el ministro va de la mano de un teólogo, ahora psicólogo, Carlos García de Andoín”. Es más, éste es el actual coordinador de Cristianos Socialistas. Y es que la llegada de Jáuregui a Presidencia, aseguran fuentes políticas, romperá la hoja de ruta que tenía establecida la ex vicepresidenta Fernández de la Vega en las relaciones Estado con la Iglesia así como también dará un nuevo enfoque al futuro texto de la Ley Orgánica de Libertad Religiosa.

Jáuregui está decidido a llevar personalmente desde su ministerio las riendas de las relaciones con las distintas confesiones religiosas y muy especialmente con la Iglesia católica, dejando de lado en esta materia al ministro Francisco Caamaño, dicen las mismas fuentes.

Fuente: Intereconomia